"Esta curiosa historia sugiere que al ofrecer nuestra amistad a alguien que no conocemos, fortalecemos nuestro vínculo fraterno con toda la humanidad. Una vez, buscando los pequeños objetos y los minúsculos seres de mi mundo en el fondo de mi casa en Temuco, encontré un agujero en una tabla del cercado. Miré a través del hueco y vi un terreno igual al de mi casa, baldío y silvestre. Me retiré unos pasos, porque vagamente supe que iba a pasar algo. De pronto apareció una mano. Era la mano pequeñita de un niño de mi misma edad.
Cuando acudí no estaba la mano porque en lugar de ella había una maravillosa oveja blanca. Era una oveja de lana desteñida. Las ruedas se habían escapado. Todo esto la hacía más verdadera. Nunca había visto yo una oveja tan linda. Miré por el agujero, pero el niño había desaparecido. Fui a mi casa y volví con un tesoro que le dejé en el mismo sitio: una piña de pino, entreabierta, olorosa y balsámica, que yo adoraba. La dejé en el mismo sitio y me fui con la oveja. Nunca más vi la mano ni el niño.
Nunca tampoco he vuelto a ver una ovejita como aquella. La perdí en un incendio. Y aún ahora en este 1954, muy cerca de los cincuenta años, cuando paso por una juguetería, miro aún furtivamente a las ventanas. Pero es inútil. Nunca más se hizo una oveja como aquella. Yo he sido un hombre afortunado. Conocer la fraternidad de nuestros hermanos es una maravillosa acción de la vida. Conocer el amor de los que amamos es el fuego que alimenta la vida. Pero sentir el cariño de los que no conocemos, de los desconocidos que están velando nuestro sueño y nuestra soledad, nuestros peligros o nuestros desfallecimientos, es una sensación aún más grande y más bella porque extiende nuestro ser y abarca todas las vidas. Aquella ofrenda traía por primera vez a mi vida un tesoro que me acompañó más tarde: la solidaridad humana. La vida iba a ponerla en mi camino más tarde, destacándola contra la adversidad y la persecución.
No sorprenderá entonces que yo haya tratado de pagar con algo balsámico, oloroso y terrestre la fraternidad humana. Así como dejé allí aquella piña de pino, he dejado en la puerta de muchos desconocidos, de muchos prisioneros, de muchos solitarios, de muchos perseguidos, mis palabras. Esta es la gran lección que recogí en el patio de una casa solitaria, en mi infancia. Tal vez sólo fue un juego de dos niños que no se conocen y que quisieron comunicarse los dones de la vida. Pero este pequeño intercambio misterioso se quedó tal vez depositado como un sedimento indestructible en mi corazón, encendiendo mi poesía."
Pablo Neruda, Isla Negra, 1954
¿Por qué comenzar esta nota con un escrito de Pablo Neruda? Como educadores, las palabras fraternidad, amor, devoción, cariño, nos conducen a reflexionar sobre nuestra tarea: educar a los chicos y formarlos también para encauzarlos hacia un futuro digno, prepararlos para desenvolverse en la vida; trasmitirles conocimientos y desarrollar en ellos actitudes sociales indispensables para su futuro.
Las nuevas tecnologías son un espacio adecuado para desarrollar estos valores. Y las herramientas de comunicación son una metodología eficaz para fortalecer vínculos fraternos y educativos con toda la humanidad. Es importante que los educadores pongan en práctica la técnica de planeación estratégica (FADO): buscar Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas para analizar el potencial educativo y comunicativo que brinda la web.
A Neruda le llamó la atención el comportamiento que el otro niño asumió al devolver su gesto con un "tesoro". ¿Por qué no utilizar internet para ofrecer nuestra amistad a alguien que no conocemos y poder compartir experiencias, trabajos, problemáticas con otros niños de otras escuelas, lejanas o cercanas a nuestra localidad?
El texto de Neruda dice: " Aquella ofrenda traía por primera vez a mi vida un tesoro que me acompañó más tarde: la solidaridad humana..." . Facilitar el acceso a las Nuevas Tecnologías de
Los intercambios globales que genera la utilización de estas nuevas tecnologías de la comunicación fomentan climas de trabajo fundamentalmente colaborativos e interactivos, proporcionando a los chicos la evidencia de que pueden compartir sus experiencias con otros que también están abiertos al diálogo. El verdadero potencial de las NTC se expresará cuando los docentes las utilicen para facilitar la colaboración, vinculando instituciones, transfiriendo conocimientos, producciones, en las que intervengan toda la comunidad educativa.
Como reflexión final pensemos en el último párrafo de Neruda:
"Pero este pequeño intercambio misterioso se quedó tal vez depositado como un sedimento indestructible en mi corazón, encendiendo mi poesía."
El desafío de hoy es promover la utilización de las NTC en la escuela con una finalidad esencialmente pedagógica, orientadora del saber-saber y del saber-hacer. Internet no enseña, es el alumno el que aprende; y es el ambiente educativo, la participación activa y entusiasta del maestro lo que incentiva al alumno a explorar y a aprender.
Simplemente hermoso y muy pertinente.
ResponderEliminarCaro
esta bueno, me encantó...
ResponderEliminarMonica
La verdad que si, es cierto que los sucesos más inesperados e inciertos son los que dejan una huella en este largo camino llamado VIDA...Aquello q nos sorprende y enseña a la vez, nos hace pensar en lo fantastico, pero nada es casualidad, todo sucede por algo...y que acertado este encuentro del Sr. Pablo Neruda y que momento apropiado, la infancia, para tenerlo, si no fuera por ello no podríamos haber contemplado, quizas, sus grandes obras... Es allí donde podemos participar, en hacer que cada instante sea intenso y aprender con ello... NATACHA RODRIGUEZ
ResponderEliminarQue bueno que le sucedió eso a Don Neruda. ¿su vida husiese sido igual sin ese episodio en la infancia..? ¿Cosas que ocurrieron en nuestra infancia marcarón de alguna manera nuestro camino? Que fantastico es no poder saber nuestro futuro y modelarlo cada día. Sergio.
ResponderEliminarQué bueno poder estar abiertos a "ver" en las simples cosas o hechos aquello que nos hace crecer y valorar la vida. M.Beatriz
ResponderEliminar